Bienvenido nuevo lector !!!!

Quizás no sea de su incumbencia la problemática del menor, en adelante, niño; entonces sugerimos que no siga porque se trata de problemas técnicos e institucionales...
Pero si está interesado en conocer un poco más de la "cosa pública" en vista a políticas para las "próximas generaciones" y como funciona a partir de casos reales (personas físicas, entes jurídicos) sugerimos cualquiera de las publicaciones.
Ojala pueda ayudarnos a difundir estos problemas en la "web 2.0" y a la población en general así, a partir de la difusión del conocimiento se pueda llegar a la tan preciada "transparencia institucional".

viernes, 15 de octubre de 2010

Érase una vez la Argentina...



Parecen lejanas ya las imágenes presentadas en el anterior video, reflejos de una incipiente Argentina en dónde sólo existían dos clases sociales y en donde los niños no tenían voz... Recuerdos de nuestros próceres que a una edad considerada hoy “púber” (Güemes luchó a los 14 años y San Martín a los 13, sólo por nombrar a algunos de ellos...) conocían el significado de la muerte en un campo de batalla y de una esperanza de vida reservando la senectud sólo para los pudientes... ni qué hablar de los que pueden testimoniar algo de aquella historia.

A comienzos de la anterior centuria las instituciones religiosas eran las encargadas de todo aquello referente a obras caritativas y entre ellas se encontraba el cuidado de los niños creando una institución para tal caso como lo era el “Patronato de la Infancia”. En la actualidad sus campos ubicados en la localidad de Benavidez, partido de Tigre, provincia de Buenos Aires no presentan signos de ser utilizados con asiduidad, en donde parte del mismo parece ser utilizado con otros intereses.

Si hay algo que podemos conocer es de lo extremadamente prolongado que puede ser un período de transición social, es decir, cómo un nuevo paradigma va adquiriendo potencialidad en el conjunto de la población estableciendo nuevas rutinas en la sociedad que, a su vez, generan modificaciones en las instituciones preestablecidas. Pero hay algo más, un aditamento extra de nuestros tiempos que acelera el proceso de transición, como es el caso de los frutos de la expansión de la tecnología de comunicación que generó nuevas competencias para quienes buscan de forma reactiva proteger intereses de una modalidad de pensamiento obsoleta.

¿Cuántas personas estarán en sus “trincheras de batalla” luchando por los derechos del niño pero no dejando constancia de aquella batalla?

¿A cuántas instituciones se les hace prácticamente imposible lidiar con una burocracia excesivamente minuciosa para unos y excesivamente laxa para otros?

Sólo por hacer mención a los primeros inconvenientes que se nos ocurrieron al azar podemos vislumbrar que todavía queda mucho por hacer. Más cuando fuimos los primeros en establecer una metodología desde nuestro comienzo probada en personas ciudadanas y siendo los primeros en establecer la medida de “Abrigo Transitorio” en la república Argentina, con todo lo que aquello implicaba en aquellos tiempos...

Comenzando con una educación de nuestros actuales funcionarios podremos de manera alguna avanzar en lo que alguna vez fue un pensamiento colectivo que fué transformado en ley y, sobre todo, impulsando que de una vez por todas se digne resolver la figura del “Defensor de los Derechos del Niño” tanto a nivel provincial como así también nacional, para tener un referente acerca de las medidas que están siendo consideradas en la actualidad en lo concerniente a la aplicabilidad de los derechos para los infantes de nuestra república.